Duelo por suicidio para un superviviente.

   El periodo del duelo lo comparo con un cáncer, con sus fases, sus grados de peligrosidad, sus posibilidades de cura. La incertidumbre de saber si vas a salir de ello.
   El dolor es tan aplastante que crees que siempre estará ahí. Meses de oscuridad y silencio, de tambalearse, de preguntas, de falta de sueño. No hay quimioterapia pero si hay falta de aire, opresión en el pecho, necesidad de llorar, heridas que no cierran con el tiempo. Pasan los días, los meses, los años, y hay periodos de remisión, pero nunca remisión completa.
   Pero un día, un día vas a hacer lo más difícil de este proceso, aceptar, aceptar que no volverá esa persona, y ese día el dolor no se pasará, será incluso más intenso, pero te dejará respirar, ese día una paz se instalará, le recordarás y sonreirás, y seguirás adelante. Te lo prometo.
   Ese día llegará y habrás ganado al cáncer que supone este terrible duelo.
La autora del artículo, Alicia San Segundo, es un ejemplo más de una correcta actitud en el afrontamiento del suicidio de un ser querido.