“NO PUEDO MÁS”. TRES LLANTOS EN UNA TARDE. (Los nombres de las personas han sido cambiados, la historia ha ocurrido en el septiembre del 2020 en Santander)
En la tarde del sábado pasado decidí ir a hacer un poco de deporte a la playa de los Peligros. Me estaba vistiendo, cuando recibí un Whatsap de Tati: “Alexis, no puedo más…” ¿Sabéis que siente uno cuando oye estas tres palabras?. En un instante, esta frase me hace olvidar todos mis planes, y por un rato no soy capaz de ver nada alrededor hasta que me agoto o hasta que veo que se han cambiado las emociones e intenciones de la persona que no puede más… Aunque soy un egoísta y respeto mucho mi agenda, todo cambia cuando alguien me dice: “No puedo más”. ¿Qué es lo que tiene esta frase y por qué activa los mejores recursos en mí?, es una pregunta retórica de momento.
Sigo narrando… Estaba apoyando a Tati por WhatsApp y parecía que se paliaba un poco su crisis de angustia y ese sufrimiento insoportable que estaba viviendo, cuando he visto que me llamaba Mikel. Cogí el teléfono y me dijo: “Alexis, puedes quedar conmigo?, es que no puedo más…” Claro que sí, Mikel, le dije, quedamos a las 18.00 en la playa de los Peligros. Me sentí algo alterado, pero tenía el doble de fuerzas que hace una hora. Es como una activación que producen en mí ser estas tres palabras mágicas… palabras, para mí, paradójicamente llenas de esperanza… pues siempre hay esperanza cuando una persona que no puede más pide ayuda…
Terminé de apoyar a Tati y quedamos para hablar la semana próxima. Fui a la cita con Mikel, que se adelantó, y me estaba esperando. Tenía la mirada muy-muy triste y apagada, la piel de la cara gris como el cielo sobre el Cantábrico aquel día de chiri-miri, mirada fijada en la arena, y no hablaba en principio. Mientras tanto yo empecé a hacer las dominadas, uno de mis ejercicios favoritos, y en unos minutos Mikel levantó la cabeza y dijo: hoy otra vez he sentido que no puedo más, pero mis padres no entienden y me siguen riñendo por todo… Yo le escuchaba, haciendo ejercicios, y solo en ratos de descanso le ponía la mano en el hombro o la nuca y seguía escuchando. De repente llamó mi teléfono, perdona, espera, le dije. Me llamaba un conocido que no veo desde hace tiempo, Andrés, y le he tenido que responder para decirle que estaba ocupado. A Andrés jamás le vi en éste estado, estaba totalmente histérico y gritaba con una voz muy fina, para mi oído insoportable: “Yo no puedo más, quedas conmigo o me tiro desde aquí ahora mismo!”
¿Era una llamada de atención? Pues sí. ¿Y saben qué hay que hacer si una persona nos está llamando la atención? Es simple: ¡atenderla! ¿Y saben qué puede pasar si seguimos pensando que es una simple llamada de atención y no pasa nada? Pues que la persona se va a matar. Tarde o temprano. O no. ¡Mejor no comprobarlo!. Hay que atender a la persona, dejar todo y atenderla. Escucha activa, abrazos, mirada de aceptación y comprensión, interés genuino por los sufrimientos que está atravesando, normalizar todo lo que la agobia, evocar recuerdos positivos, distraer con humor (para lo último hay que tener un don y confianza con la persona), ayudar a cambiar el enfoque, sacarla de la visión del túnel, pedir su ayuda para la semana que viene (esto descoloca a cualquiera, para bien, digo). Pero sobre todo, la ventilación emocional: la persona tiene que descargar todo lo que lleva por dentro, contarlo todo, sin sentirse juzgada, poco a poco, hasta que se calme… Y esperanza, podemos despedirnos cuando percibimos que la persona ha vuelto a tener la esperanza…
¿Y saben qué me he dicho yo a mí mismo aquella noche? Yo no puedo más, Alexis… Pero he sonreído, sabía por la experiencia que pronto otra vez voy a poder…. (Aleksejs Barancuks)////////
PAUTAS CLAVE PARA TRATAR A UNA PERSONA CON RIESGO SUICIDA: QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER:
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Me ha gustado mucho el relato y me llamaron la atención dos cosas, la primera, que hay más hombres que mujeres en riesgo de suicidio y la segunda, que yo no veo a tres personas con el pensamiento de «No puedo más» yo veo cuatro con el mismo sufrimiento, ya que el autor debería incluirse.
Muchas gracias por tu comentario…. Es cierto, que no me he incluido a mí mismo, aunque acabé la tarde también sintiendo que no puedo más…:). Acerca de lo que hay más hombres que mujeres en riesgo suicida se lo podemos deducir de la tasa de suicidios consumados, aunque también sabemos que hay más mujeres que hombres entre las personas que buscan ayuda cuándo no pueden más.
Gracias por compartir tu relato,me hace ver que eres una persona entregada a su profesión y a sus pacientes .
Gracias a ti por tus palabras. Y sabes, no me gusta emplear la palabra pacientes, pues no soy médico, y tampoco cobro por lo que hago. Así que más que relación psicoterapeuta-paciente, he notado que prefiero cuándo se forma la relación persona-persona.