Supervivientes se llaman a las personas que han perdido un ser querido por suicidio. El término viene de los estados unidos, que hace muchos años sensibilizan a la sociedad sobre el sufrimiento ingobernable de estas personas, ya que al duelo normal por la muerte se añaden muchas más complicaciones, en parte basadas en el tabú y el estigma, que conlleva la muerte por suicidio, muchas preguntas sin respuesta, y a menudo la culpa tan intensa, que es capaz de provocar pensamientos suicidas en los familiares. Para más información visite la página de las asociaciones de supervivientes, que existen en España, aportan mucha información, formación y grupos de ayuda mutua (GAM) Eche un vistazo a la lista por provincias y visite sus páginas!

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Se precisa una educación social para que el sistema no sancione ni moralice, ni penalice a la familia donde se ha producido un suicidio, tenemos que romper el tabú y acabar con el estigma!!! Así que le invitamos a la plaza de Ayuntamiento de Santander el sábado, 20 de noviembre del 2021, para hablar sobre el suicidio y conmemorar a los familiares y allegados que no querían morir, sino dejar de sufrir, pero no encontraron otra salida que el suicidio.

 

Un año más!!! Felicidades compañeros/as, familiares de personas en riesgo y supervivientes!!!

El problema

  • Cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad «global» de 16 por 100 000, o una muerte cada 40 segundos.
  • En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
  • Se estima que a nivel mundial el suicidio supuso el 1,8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2,4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas.
  • Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.
  • Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.

Intervenciones eficaces

  • Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio, por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas, han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio, no obstante lo cual se deben adoptar enfoques multisectoriales con muchos niveles de intervención y actividades.
  • Los datos disponibles demuestran de forma contundente que la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen las tasas de suicidio, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado suicidarse.

Desafíos y obstáculos

  • A nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello. De hecho, solo unos cuantos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades.
  • La fiabilidad de los sistemas de certificación y notificación de los suicidios requiere importantes mejoras.
  • Es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación. (Extraído de la OMS)